Manus critus

Manos que escriben
sin querer hacerlo, escriben
por una cuestión automática,
el lapicero se posa entre ellas,
y en su fuerte galopar
es masturbado
hasta quedar sobre el escritorio
como un joven fumando
sobre las sábanas
destendidas de su cama.
Escriben mis manos sin razón alguna,
escriben, escriben, ESCRIBEN, escriben
y cuando al fin terminan,
caigo muerto, excitado, cansado, inerte, fecundado,
postrado ante un lapicero
con la tinta derramada
y un papel lleno de garabatos sin sentido.

Piel nacida

Prepucio osculante
que navegas en la calma criptérica,
conjunto de células que tejen la oscuridad,
herida que profundiza el panteón de un sucio deseo,
cicatriz que quemas al despertar,
piel que mueres al nacer,
besas la sepultura de tus signos vitales
flancas el polvo muerto de una nueva tela,
arrivante asesino del cruel vociferar,
renaciente cercionado por el placer del gritar,
aliméntate de la tierra de tu nueva morada,
maquinalmente seudo infecta carne caída,
ayer siendo almacén de las ideas de un ser viviente
y hoy siendo esclerosis maldita
que cayó al presenciar un triste nacer.

Sacrum

Mariposo imprecante del cicatrizo,
Tropo que franela el deslizante laberinto,
Ladrillante que piedras la retumbante sinfonía,
Y simbolizas del tímpano arrecifo.

Epíloro fraguante que espantas los cuervos
Del cromosoma que a su sombra se asoma
Y que interrumpe la misa del clero
Que canta ante su madero de falsa iglesia.

Botón del augurio que lloras la piedra,
Camino que estupas la clara del seno virgen,
Erizas el pizarrante arruga que flema
Y frotas la palabra bendita.

Y respira las lágrimas de su fresco aliento,
Acompañado de las uñas de la mugre sacra
Agita, pudre, reza, envidia y purifica
Late la clavícula que lees en las venas de mi arbolo.

Flecha penetrante de esclerosa asonada
Que con palabra rítmica que endulza el ignorar,
Acoloras el bronce que te sacrificas en la piel de piedra,
Y observas a los seres bendecidos y beatificados
por una roca que hoy aprendió a ser Dios.

Necroscularium

Besa el polvo que carcome el pájaro del muerto cementerio,
Excrepa el encéfalo de una difunta melodía para llamarme
Arriaga la penumbra de la lengua que se trenza conmigo
Salta y cae mordiendo mi seca mano y venérame aquí,
tristante huella de arena que camina sobre mis pies,
Tierra que tose el gusanal de mi fresco aliento
Explota la incertidumbre de un nuevo morir,
Calza identifica y sufre con más fuerza,
Besa el punto horizontal y vertical
Acaricia el voltaje inmiscuido…,
Y Besa la piel de tus muertos
Atracción impertérrita que
Desciendes hasta mi ser
Baja a mi oscuro reino
E Inclinante tierra
Que me haces
Compañía
Al estar
muerta

Íntimo nacer

Cejas que resquebrajan el cielo de la difunta fecundación,
Tertulia infectada por la turbulencia de lo no nato,
Luna que enternece al arrecife crepuscular,
Septiembre que inyecta la ficticia encarnación,
Y deseo que sepulta la crepanación nectambular.

Anhelo desentumeciente que araña,
Que arrastra, que tose, que entierra,
Mutación inmaculada que vitaliza la ranura quebrada,
Mientras decae la velocidad del ferrocarril herido.

Deslizante aroma con sabor a sombra,
Caricia lejana que fecunda mi imaginación,
Embrutecimiento que me encadena a esta adicción mental,
Belleza pigmaliónica que construye mi patético renacer.

Emanación de placer pudoroso,
Que se alimenta del tiempo callado,
Palpitante de una vena resbaladiza que escandaliza
Que escupe y que jadea mi ágil corazón.

Paralizante droga que en esta situación me encierra,
Monologación del alma que emerge sin cesar,
E intensa intimidad que nace en soledad
Para asistir al bautizo de la nueva pasión ficticia
Que se ahoga en el beso de su autónomo nacer.

Pre ludium

Cada verso leído es un mundo mío,
Cada poema escrito es un universo ajeno,
Cada nombre es una belleza apellidada,
Cada sentimiento es una nocturna agonía.

Cada morir mío
es papel seco de mal escribir,
destronación ancestral del pájaro empolvado,
pera podrida que oxSida un verso miccionado.

Cada idea mía
Es sinfonía que escucha un oído sordo,
Cada eyacular mío
Es perecer sobre un testículo frío.

Cada huella mía
es ponerle mosaico a un pie muerto,
cada verso mío
es encontrar una hoja en blanco.